Robert Redford, uno de los íconos más grandes de Hollywood y ganador del Óscar en dos ocasiones, murió este 16 de septiembre a los 89 años. La noticia de su fallecimiento conmocionó al mundo del cine, pero también despertó curiosidad sobre el patrimonio que acumuló a lo largo de casi siete décadas de carrera.
Un patrimonio de 200 millones de dólares
De acuerdo con estimaciones recientes, el actor, director y productor dejó una fortuna de alrededor de 200 millones de dólares en 2025. Esa cifra es el resultado de una carrera que lo convirtió en una de las estrellas más cotizadas de la industria, pero también en un empresario visionario con proyectos que trascendieron la pantalla grande.
De salario modesto a estrella millonaria
Redford debutó en el cine en 1962 con la película War Hunt, por la que recibió apenas 500 dólares. Sin embargo, el gran salto llegó con Butch Cassidy and the Sundance Kid (1969), donde junto a Paul Newman cobró 750.000 dólares, equivalentes hoy a más de 6 millones.
Durante la década de 1970, películas como The Sting (1973), The Way We Were (1973) y All the President’s Men (1976) consolidaron su estatus y engrosaron sus ingresos. En esos años, llegó a ser votado como la estrella número uno en taquilla por los exhibidores de cine.
En los años siguientes, sus salarios alcanzaron cifras millonarias: 2 millones por A Bridge Too Far (1977), 3,5 millones por The Electric Horseman (1979), 4 millones por Indecent Proposal (1993) y hasta 11 millones por The Last Castle (2001).
Sundance, el imperio más allá del cine
Más allá de sus éxitos como actor, Redford supo capitalizar sus ingresos en proyectos de largo alcance. En 1968, invirtió su salario de Butch Cassidy en la compra de un terreno de 3.000 acres en Utah, que bautizó como Sundance. Ese lugar dio origen a un complejo empresarial que incluye el prestigioso Festival de Cine de Sundance, el Instituto Sundance, salas de cine y productoras asociadas a su marca.
En paralelo, diversificó sus negocios: en 2004 vendió el catálogo por correo de la marca Sundance por 40 millones de dólares, y en 2020 se desprendió del resort de 2.600 acres, en una operación multimillonaria.
Un portafolio inmobiliario de lujo
Redford también construyó un portafolio inmobiliario de gran valor, con propiedades en puntos estratégicos de Estados Unidos:
Vendió una casa frente al mar en Malibú por 6 millones de dólares en 2001.
Compró un penthouse en Manhattan por 3,7 millones en 1997 y lo vendió en 2002 por 10 millones.
Adquirió una cabaña de esquí en Aspen por 6,5 millones en 2002.
Invirtió en una finca vinícola en St. Helena, California, que luego vendió por 7 millones en 2019.
En 2020, compró una casa en Tiburón, California, por 3,1 millones y la puso en venta en 2024 por 4,2 millones.
La familia conserva aún una propiedad de 1.800 acres en el área de Sundance y el Horse Whisperer Ranch de 30 acres, que estuvo en el mercado en 2021 por 4,6 millones de dólares.